Solo quiero decir que he nacido 5 años antes de que Juan Pablo II El Grande subiera al trono de San Pedro. Vivía entonces mis padres en aquel alejado cacerío de Santa Rita; allí nací, un día sábado 14 de abril en la madrugada; he venido al mundo muy de mañana y por eso quizás me gusta salir muy de mañana a cualquier viaje....casi siempre salgo de madrugada; antes de que el sol despierte...con mi mochila al hombro, me preparo para cruzar las fronteras del mundo; pero la frontera mas apasionante que cruzar siempre será nuestra "propia frontera", esto es todo un reto, vencer mi propia frontera. Es una gran aventura y una aventura riesgosa. Cruzar mi propia frontera es para mi un enorme sacrificio; pero como siempre me digo a mi mismo, que si no cruzo esa frontera, nunca encontraré la verdadera libertad del cual mi corazón y toda mi alma siente una inmensa sed. He nacido para ser libre. Cualquier ser humano ha nacido para ser libre, y si no es libre, entonces tampoco es felíz.
He mencionado mas arriba a Juan Pablo II El Grande; y con toda la razón del mundo lo llaman así, porque realmente ha sido "Grande" y ha llegado al nivel del propio San Pablo el gran Apóstol; me atrevo a llamarlo el "San Pablo de nuestro siglo", el profeta fuerte que caminaba sobre las arenas calientes, que no ha escatimado ningun sacrificio con tal de "cruzar las fronteras" de sí mismo, y del mundo. Así se ha convertido para mi una referencia constante; su vida me apasiona, su pensamiento, y sobre todo su comprensión. El comprendía al hombre. Sabía de su sufrimiento, conocía el miedo que nos afecta. "El miedo del hombre se encuentra en la "sospecha de Dios". El miedo del hombre crece mas y mas porque crece también el alejamiento de su fin último. Al decir esto parezco un pesimista cualquiera; bueno, y en realidad sí soy pesimista, pero como dice aquel sabio polaco de origen judío Bauman "soy pesimista, pero Dios nos libre de perder la esperanza".

Desde este lugar deseo brindar un caluroso y afectuoso homenaje al que ha sido un gran profeta de nuesto tiempo. Una vez mas y desde el corazón digo "JUAN PABLO II TE QUIERE TODO EL MUNDO".

Hasta el cielo.

"Profeta vestido de blanco

espérame en la puerta,

porque cuando llegue

aquella señora

vestida de luna plateada,

llamando a la mía,

estaré preparado

para cruzar mi última frontera.

Contigo profeta, de tu mano,

hacia los lugares donde todo florece".

Agustin II